jueves, 5 de mayo de 2011

Un enorme dragón

Desde pequeños, gracias a Disney y a la imaginación hecha lectura de algunos grandes escritores, fuimos enseñados a soñar, nos ilusionamos con esos cuentos de princesas y amores que un día nos contaron… Que los buenos siempre triunfan, que el villano es capturado y paga por sus crímenes, que el vagabundo gana el corazón de la damisela, que los mejores amigos nunca se separan, y que los caballeros vencen a los malvados dragones.

Pero no todos los cuentos deben tener un final feliz... Muchas veces ese enorme dragón acaba con las esperanzas de ese caballero (…)

Cuando nos encontramos con esa persona especial y formamos un vínculo, un lazo de amistad lleno de ilusiones que crecen cada día más nos entregamos con convicción, y corremos el riesgo de dar lo mejor de nosotros en esa relación.

Hasta que, desafortunadamente, y por motivos que muchas veces no comprendemos  (Inserte aquí el motivo que alimento a ese dragón y acabo con sus ilusiones) terminamos perdiendo aquello que fue especial para nosotros…Y ese vínculo puede, aunque no queramos, convertirse en un mal recuerdo.

Porque eso es lo que hay: Mientras nos alejamos tontamente, hay un chico más inteligente que yo haciéndola sonreír, y una mujer especial esperando por mí.

Porque como en un cuento…Un enorme dragón nos robó el corazón

2 comentarios:

  1. Menos mal que siempre cargo conmigo una espada que corta lo que sea.

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  2. Porque Disney nos jodió la vida. Así Alejandro, así tal cual. Vivimos en un mundo idealizado y afuera la realidad es otra, y todo duele y todo se daña. Y a uno le toca volverse una mierdita para poder sobrevivir.

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