miércoles, 27 de agosto de 2014

Para ti, Para mí


“Y quizás tu no sepas que...”


- Para mantener la esperanza sólo basta observar un rayo de luz, ni siquiera verse sobrecogido por él.
- Para volver a creer, sólo es necesario encontrar en el baúl de los recuerdos un momento que te haga creer nuevamente en ti, en el efecto que puedes causar cuando te lo propones.
- Para dibujarse una sonrisa amable antes de dormir es suficiente el discutir el uso de una tilde en un nombre.
- Para dar el siguiente paso es determinante recordar lo que quieres ser por medio de una nota musical.
- Para cambiar tu aspecto simplemente necesitas mirarte en el espejo.
- Para que las alas de quienes admires te cobijen sólo debes admirar a una buena persona.
- Para caminar es imperativo recordar de forma permanente la definición de utopía y mantener el horizonte
- Para confiar, un ‘¿Cómo estás?’ construye bases sólidas e inquebrantables
- Para disfrutar la poesía basta con recordar a la mujer hecha de vino y rosas, de luz.
- Para escribir, tu musa y tu alma te suministran la tinta y el papel.
- Para morir con honor es indispensable aferrarnos  a nuestros sueños.
- Para cantar solamente requieres tener una voz que expresar mediante una melodía.
- Para vivir, hay que saber darse su propio lugar en el cielo.


El significado de una pluma debe mantenerse, por sobre todas las cosas

jueves, 14 de agosto de 2014

Misterio... Es ella


Hay personas a quienes les aterra la soledad; y son ellas las últimas en enterarse de ese temor y asumirlo, pues sus actos están encaminados a estar permanentemente acompañados, aunque no siempre de las formas y maneras que se consideran ‘políticamente correctas’… ¿pero es que a quién le importa ser ahora ‘políticamente correcto’? Si ya sabemos todos que en este jodido mundo todo el mundo carga su puta cruz, y que ni un tercero, ni un ajeno,  ni siquiera tu acompañante tiene el derecho a reclamarte por tus actos.

¿Y tú quién eres para juzgarme por jugar con los demás? Suele decirse a sí misma Nadie sabe qué herida la transformó en eso, en alguien, quizá no inescrupulosa y tampoco indiferente a sus sentimientos, pero lo suficientemente flexible para cambiarlos totalmente de un momento a otro, para olvidar y entregarse rápidamente, para quemar almas, para rodearse de los chicos que quería con sólo señalarlos con su dedo como atrayéndolos hacía ella invitándolos a unirse a su juego, presos por sus encantos, pues es la gran ventaja que trae consigo la belleza, aunque a ella le gusta negarlo, como si no se tratara de una gran cosa, sabe pues que eso termina siendo más tentador, de esa forma los enreda a todos en sus deseos de pasar con ellos un rato y nada más, porque en eso ha sido experta siempre, en vivir de deseos efímeros, vacíos y momentáneos, de gustos por labios, de complicidad sin compromiso, la aterra eso, la aterra la idea de la ‘fidelidad’, sus alas se cortarían al lado de alguien, ¿cómo podría ella surcar los cielos y descender al infierno libremente si debiera entregarse a una sola persona? No, ella nunca haría eso, así que prometería amor en vano, mientras a escondidas de ese ser que la amaba, seguiría sus juegos con otros hombres, engañados también, pretendiendo que nunca nadie sabría lo que está haciendo, pretendiendo ser invisible. Lo cierto es, que sea lo que sea que la haya transformado, eso posiblemente tiene todas las respuestas que he estado buscando por tanto tiempo.

O quizá soy yo quien se niega a creer que ella es así solamente por gusto, por placer. 



¿Qué pasará con ella el día que sienta amor? ¿Qué sucederá si un día ella debe rendir cuentas a un ente divino? ¿Estarán presentes aquellas almas? ¿O sus memorias se hallarán perdidas en el tiempo y la distancia, de modo que ella no las recuerde? ¿En qué ha pensado durante cada uno de sus actos? ¿Ve alguna diferencia entre un alma y otra? O sólo son prospectos vacíos, sin interés y sin el amor que necesita, ¿Por qué ha de descartarles? ¿Por qué elegiría a alguien si siente amor? ¿Qué podría brindar alguien que no tenga nadie más en el mundo para hacerle cambiar? ¿Cambiaría ella? ¿Por qué habría de hacerlo? Si dicen que el amor verdadero es aquel en el que se entienden y aceptan hasta los demonios de la persona amada. Quiere sugerir eso que yo debo dejarla libre para que siga ese juego que tanto le encanta, porque le quiero.

Y ahí estoy yo:

Yo, que estoy perdido en su ser, en su misterio, en su dolor, en sus pensamientos; los míos dejan de importar a cada paso que camino, como perdiéndome en nada, culpándome, dejándome llevar, no tengo una celda ni una prisión, así que parece como si buscase un lugar para dormir eternamente, para morir; porque algunos vivimos la vida con la intención de tener una muerte digna, ¿pero digna para quién?

Pienso que mi misión puede ser salvarla de todos esos demonios, que quizá por ello me entregué a su maldad, que es una mujer cegada, no sé por qué, que necesita aprender, que necesita crecer, y que yo puedo hacer eso, pero pienso también que quizá ella sea el demonio, que sus actos pueden ser el reflejo de lo que realmente quiere ser, de una libertad que ella persigue y yo me niego a tomar por mi libertad, lo cual me hace entender que seré un personaje más de su vida…

¿Pero tendré el suficiente valor para ser diferente al resto? 

Y si consigo alejarla de esos juegos…Si consigo ser lo suficientemente valioso para que ella deje eso, ¿qué lograré con ello? ¿Qué si me enamoré de su maldad? ¿Qué si estoy creando una ilusión bajo ese traje de daño y fuego, de esa insaciable sed de pasión pasajera que traen los labios extraños? ¿Qué si mi fragilidad permite que muera antes de salvarla?

No es eso lo que debería importarme…Pues, nadie debe cambiar por otra persona, sino por si mismo.


La he visto llorar también, fueron esas lágrimas las que me hicieron creer que bajo el llanto y la maldad había alguien más…Sin embargo, las lágrimas no son nada más que indulgentes espectadores que asoman por sus ojos, indiferentes también si no se acompañan de la fuerza de voluntad arrancada del arrepentimiento.  Y la fuerza de voluntad y el arrepentimiento son utopías que vigilan desde la distancia cuando un alma arde en sus manos.

¿Qué podría hacer el amor por ella? ¿Qué es el amor propio en ella? Y si yo la amo… ¿En qué me convertiré para ella?... ¿Qué ha aprendido de todo lo que ha sucedido? Son dudas que me nacen ahora…


Ella es un misterio.

lunes, 4 de agosto de 2014

Gabriel (Parte 2)


Hay cosas de las que no puedes defenderte, golpes que no puedes evitar recibir, heridas que no pueden cicatrizar, errores que necesitas cometer, enfermedades que debes maldecir y personas que debes perder…Aún cuando mucho de eso se presente sin un ‘¿por qué?’

A mis 14 años Daniela se molestaba conmigo por mi falta de autoestima y mis dedicatorias fatalistas…Que a pesar de ser sendas declaraciones de amor tenían siempre infundadas a la muerte y a la distancia como protagonistas invitadas de lujo.

Me acostumbré a estar en la sombra, como cuando a los 16 me ilusioné con la primera compañera del colegio que compartía mis gustos, quien luego de entregar una carta pretendiendo abastecer con paz la falta de guerra salió con el compañero al que ayudábamos con sus deberes; de carita bonita y músculos, eso sí…O como a los 17, cuando mi querida emoción declaró con el humo de su cigarrillo desear a mi mejor amigo (Quien ya me había abierto otra herida, de esas que resultan siendo un ‘efecto colateral’ – termino aprendido recientemente – pero a fin de cuentas, herida) para luego involucrarse con el tercero de los 3 mosqueteros…Pareciera que de los 3 simios siempre fui yo el que no escucha, el que no ve, y el que no habla…Siempre la sombra.



A los 19 el panorama aparenta ser más alentador - Bueno, no necesariamente a los 19 – sino en el momento  en que tu vida da un giro de 360° y tu mundo, tus relaciones, tu entorno, tu juego empieza de cero…En mi caso llegó en el segundo tiempo de mi decimonoveno año, cuando salía de un universo completamente destrozado, y mira lo divertido de todo…Aprendes lo efímero de lo banal: A mis 20 y medio eso ya estaba destruido también. Se logró alargar un poco, para que la satisfacción de mi curriculum dijese: “2 universos destruidos a los 21 años”; aunque ésta vez aún me quedan algunas piezas de ese rompecabezas.

Etapas que deben cumplirse llaman algunos, y la razón la tienen, pero la marca de responsabilidad y la culpa de eso se te graban como un tatuaje y cargas con ellos siempre.


Pero la vida siempre juega a ser una balanza, a veces de libras contra kilos, otras de plumas VS garrotes filosos de hierro, y permanentemente te da, y te quita, de unas por otras, de lo cíclico que es todo…Entonces tengo una nueva oportunidad, una luz para cambiarlo todo a puertas de mis 22. Y entonces lo hago bien, y empiezo de la forma más maravillosa, porque las cosas nuevas refrescan el alma y la motivación encuentra casi siempre su mayor impulso al comienzo de su trayecto, aún cuando duré realmente poco.

A mis 22 años entro en un círculo vicioso de idas y llegadas que me enseña a no aferrarme a nadie, que es preferible no involucrarte mucho, y ello me permite ‘superar’ el crujir del cielo al romperse como un espejo a mis 23; ‘Superar’…Porque el cielo es tan grande y tan infinito que los fragmentos siguen lloviendo 1 año después; y seguramente, por lo que veo en el panorama, lloverá muchos años más.


24 son las horas que tarda el reloj el volver a empezar y el ciclo en repetirse nuevamente, como los errores en volver a aparecer, como el arruinar esos destellos de luz que me iba guardando en mi baúl de los recuerdos; la distancia, el tiempo y la diferencia de visión y herramientas hacen que deba construir un nuevo universo, uno ya sin la amistad que duró más de una década, sin el impulso espiritual que me fortaleció haciéndome sentir un caballero alado, y sin la misma cercanía de la luna llena en las noches de cielo despejado, porque, aunque esté allí, no seré capaz de mirarle y de volar hasta ella.

Pero tengo algo…Aparentemente una brújula intergaláctica descompuesta.


Apuntará al horizonte, y en algún momento tendrá que permitirme caminar 5 pasos…

Para ello servirá.