Hace poco le comentaba a mi jefe que yo tenía
la costumbre de andar sólo con 1 persona durante mis épocas de educación (En el
colegio, en el SENA, en la universidad), y que posiblemente había sido una mala
costumbre que tome desde joven; sin embargo, también durante la misma
conversación, le decía que tenía el ‘mal’ hábito de fumar, pero que lo dejé a
un lado porque no era lo que quería para mi vida.
Dicho esto, me di cuenta que hay hábitos y
costumbres a las que nos aferramos como si nuestra vida dependiera de ellos, y
otros, que resultan pasajeros, aún cuando pareciera que llegaron para quedarse,
o se descubrieron y no se van a dejar; Y otros, otros que perdimos sin darnos
cuenta…
‘Es que ya se perdieron las bonitas
costumbres’ dirían las abuelas, la costumbre de saludar, de hacer una llamada,
de compartir el tiempo, de infinidad de cosas; porque todos hemos perdido
algunas, como yo, que perdí la costumbre de escribir, y aún así parece que no
fuera tan malo perderlas, a veces lo peor es ‘no querer perderlas’, y si no lo
crees mira a esos que pelean porque, por culpa de la ‘globalización y la
tecnología’ perdimos nuestras tradiciones, a los niños de ahora, que ya no
juegan como jugábamos nosotros, a esa persona que mantiene su relación a pesar
de estar inconforme, solo por el echo de ‘estar acostumbrada’, es que el amor
se vuelve costumbre, decía por ahí una abuela.
No hace mucho, le dije a una amiga “Hey, se te
quiere” (Y segundos después caí en cuenta que era la primera vez que le
expresaba un sentimiento) ¿Por qué? Porque perdí la costumbre de decir las
cosas, así como dejé de jugar al PS2, dejé de ir a misa, dejé de fumar, dejé de
escribir, dejé de expresarme, dejé de ir al estadio, dejé, dejé, dejé, dejé…
no debió dejar de jugar xbox, debería retomarlo!
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