Duele, duele adentro, duele dónde no pueden
llegar las vendas ni los ungüentos, duele más adentro del alma, duele incluso
hasta en el ayer
Duele hasta mañana, duele en cada rincón del
ser, le duele a mi reflejo en el espejo, le duele al niño que habitaba en mí...
Le duele a mi futuro y le duele a mis sueños,
le duele a mis alas y le duele a mi pecho...le duele a cada nota que suena
Duele lento, duele fuerte y duele profundo;
Incluso duele que duela, y me duele eso. Duele pero no sangra, como una señal
que dice que debe llevarse dentro
Le duele a mi sentir, le duele a mi clavel y le
duele a mi pincel…Me duele en las manos, me duele en las piernas, me duele en
las fibras
Me duele porque se fue, me duele porque no
estoy, y me duele porque ya no quiero ser; me duele porque me duele.
Y llueve, llueve y duele, porque es pasión,
porque es padecer, porque esa lluvia la odie, porque nunca mi piel así mojé y
lloré cuando no los encontré
Y vuelve a doler, porque el tiempo pasa y yo me
echo de menos, porque nunca me encontré, porque cada vez que me necesité me
fallé
Me duele porque nunca nadie me va a entender…Y
me duele que esto nadie lo va a saber, que mi viento, mi vuelo y mi fé no van a
volver
No es poesía, ni lo pretende ser, es sólo un
frágil niño gritando lo que tanto guardó sin querer; porque entre el cielo y él
quedaron muchas cosas sin resolver
Y me duele…Porque también sé que siempre me va
a doler
Es bueno leerlo, que recuerdos más inquietantes me trae, pero que dicha me da que ese niño aún quiera gritar y se mantiene vivo, muchos niños en vez de crecer se marchitaron o quedaron mudos por conveniencia ajena.
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