lunes, 2 de febrero de 2015

Lynn


Lynn es una adolescente, sus 20 años y su carita seria son un imán de pretendientes por doquier, su mirada pretenciosa y su ceja levantada captan la atención de todo hombre que la mira -“Idiota éste, le haré un guiño, seguro pasará la noche entera tocándose mientras me piensa”- dice, al tiempo que sube el volumen de su reproductor de música. Le sonríe al idiota de turno y lo derrite, otro pretendiente más en el transporte público que ha sido cautivado, ya es el segundo en éste día; el cuarto en lo que llevamos de semana y sólo han pasado 3 días – Hombres desesperados y con el pene caliente abundan por éstos tiempos – El tipo ha llegado a su destino, Lynn continúa su camino: “cobarde, no fue capaz de acercarse” piensa ella y si, es verdad, era un tipo común, sin gracia, atraído simplemente por la actitud de Lynn.

Viste sport, lleva lentes, no suele utilizar blusas ya que prefiere chaquetas, nunca muestra sus piernas y siempre lleva accesorios que algunos consideran masculinos: Algo de superhéroes o videojuegos, sabe que eso vuelve locos a muchos hombres, y ella quiere eso, tenerlos ahí para ella, para su ego, le gusta provocar y lo logra con mucha facilidad, no porque su ropa sea ajustada ya que no tiene grandes atributos en sus pechos o su cola, sino más bien por lo sugestiva de su actitud, como el susurrar al oído al despedirse, dejarse abrazar la cintura o rozar con su mano la entrepierna de sus amigos ocasionalmente. Las ventajas y los placeres de ‘estar buena’ y es que en la cotidianidad solo se requiere un pequeño rasgo que resulte atractivo, con eso cualquier mujer se defiende actualmente, y Lynn… Ella lo hace a veces por placer, a veces porque se siente atraída, no se trata de un orco insensible, no, también es humana, y a veces pasa que lleva tiempo sin tener relaciones sexuales, ella es la mujer que puede darse ese lujo cuando guste, con sus amigos o con un desconocido si así lo prefiere, sino que lo digan los 3 hombres con los que ya se acostó en febrero...Y eso que hasta ahora es el décimo día del mes.

Pero Lynn también está enamorada, y aunque para algunos parezca inexplicable, ella sabe diferenciar el sexo ocasional de las relaciones que tiene cuando está con el hombre que la ha cautivado: Maximiliano. Si, Lynn se ha enamorado y al llegar a su casa esta noche seguirá elaborando el detalle que quiere entregarle a su hombre: Una carta en la que redacta a su estilo los recuerdos que tiene de la vez que Max le propuso hacerlo en el salón de clases, de las veces que le hizo felaciones en la facultad universitaria y del día en que terminaron jadeantes, exhaustos en el parque público. Pues se acercaba una fecha especial para ellos y qué mejor que recordar esas situaciones ya que pronto se reencontrarían luego de varios días de mantenerse alejados.
Lynn empieza a extrañarlo…

No llamará a nadie para calmar el deseo que tiene de estar en sus brazos, ésta vez quisiera entregarse de verdad nuevamente. No se cuestiona sus sentimientos respecto a los demás tipos y si eso se considera una infidelidad al hombre que tiene su corazón, piensa ella que es libre y por ello Maximiliano debe saber que si quiere estar a su lado deberá compartir sus labios, deberá también compartir su cuerpo, ya que los halagos que Lynn recibe a diario son un honor, y le resulta absurdo negarse a quien la desee. Así que si un hombre se atreve a declarar sus intenciones ¿Por qué decirle que no? Ella intenta ser complaciente, le dijeron que su cuerpo era simplemente un instrumento que usaría a placer. Lynn se siente bien así.

Lynn
Suena el teléfono: es uno de los hombres con los que estuvo esta semana pero ella lo deja sonar y escucha luego el mensaje de voz, la ha invitado a salir el viernes en la noche. No lo piensa mucho, el viernes ya quedó de ver a Sindy, una de sus mejores amigas, y aunque por un instante duda de la opción de ver a Sindy temprano y al tipo en la noche (total le conoce las intenciones) desiste, pues sabe que aunque Sindy lleve una relación de año y medio con Marcela y sean felices, siempre hubo un deseo que no ocultó hacía ella; así que seguramente terminarán las 2 en la cama… Lynn lo sabe, hay mucho placer que sólo una mujer puede brindarle a una mujer. La pregunta que le ronda su cabeza ahora es: ¿Sindy estaría interesada en estar con Max y conmigo? – Con eso en mente termina la carta y  se dispone a preparar su cena.

El microondas se programa para calentar por 5 minutos una pasta precocida mientras Lynn en bragas, pantuflas y un buso grande espía los perfiles de Maximiliano desde su celular. Revisa sus fotos y sus últimos tweets, Max no ha subido fotos acompañado, parece que lleva una vida tranquila, solitaria, y sus últimos trinos tratan de música y deportes, nada extravagante. Ahora lo extraña más... Lo extraña a él y al cariño que le brinda, que ella percibe como sincero y real, no como el tonto deseo de tenerla en la cama de los demás hombres con los que recientemente se ha acostado. Necesita esa calma, una parte de ella tiene el leve deseo de cambiar algunos aspectos de su vida, aunque no por ello se arrepiente de las cosas que ha estado haciendo y las que vendrán.

Lynn necesita sentirse querida

Responde algunos mensajes de texto y chatea con una de sus compañeras de clase que le cuenta sobre David, ella descubrió que él gusta de Lynn, pero nuestra chica ya lo sabe – Sé cómo me mira, y sé como lo he provocado, al despedirme de él la semana pasada casi le besé, pero no, no me interesa, ha tenido ganas de decirme algo, creo que quiere declararse – dice ella. No es de sorprenderse, ya está acostumbrada a lidiar con pretendientes todo el tiempo, en cada sitio al que va siempre hay alguien que, aunque sea disimuladamente le mira. Cada hombre intenta conquistarla a su manera por chat, muy pocos son lo suficientemente directos para hacerle una propuesta indecente, el resto se ponen su máscara de amistad y se acercan a ella, terminan ilusionados, culpándose o siendo uno más de la lista, invierten su tiempo y sus esfuerzos en obtener una oportunidad mientras ella piensa en su placer corporal y su corazón en Maximiliano

Lynn sirve su pasta y cena

Los mensajes y las conversaciones con los chicos que están tras ella le sacan varias sonrisas, pero ella centra su atención en la conversación con Max, quien simplemente le cuenta sobre su jornada laboral y se interesa en los estudios de Lynn, le deja algunas palabras de aliento y sus mejores deseos para el siguiente día. ¿Qué tiene de especial Maximiliano? No lo sé, ni siquiera nuestra chica lo sabe.

Alista las prendas que utilizará mañana
Se recuesta bajo las cobijas

Se duerme pensando en cuántos hombres  la mirarán mañana por vestir de forma coqueta

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