viernes, 20 de septiembre de 2013

Una carta más

¡Hola!

Hace mucho que no te escribo viejo amigo, no hay que culpar a los años y la distancia de enfriar nuestros corazones, pues sabes que los recuerdos mantienen firme aquellos viejos momentos que pasabas contigo mismo.

Esta vez no serán 43 cartas como la última vez, ya viste que la única que recibiste fue la última que envié, de las otras 42 poco y nada sé…Al menos en esta ocasión la enviaré con alguien que si llegará a tiempo para encontrarte.

El otro día pensé en ti, tenías 10 años y corrías tras un balón, sin arte ni magia ni talento, pero con la estrella polar a tus pies que hizo que patearas al arco en el momento indicado. Vino a mi mente la primera carrera de karts que ganaste adelantando a tu rival en la última curva de la última vuelta...Y si, la estrella polar estaba allí.

Luego, y sin comprender por qué, emprendías un nuevo viaje, siempre el mismo viaje, salías de casa siendo un niño, montabas tu bici, saludabas a la chica del gorro azul, encontrabas tu camino y regresabas luego de salvar al mundo, tomabas un café y el juego volvía a empezar; Algunas explicaciones tendrás que darme ¡Eh!...

¡Ah!...Que no se me olvide: Si, allí seguía tu estrella.


Ahora comprendo por qué dijiste que el desierto guarda agua en su interior, ¿Cuántos años tardé en comprenderlo?



Bien, creo que es todo por hoy, es hora de partir, el mundo vive de prisa y las circunstancias, al igual que España, me acompañan sin querer. ¿Sabes?...No te extrañes si esta resulta ser la primera carta.

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