martes, 29 de septiembre de 2015

Una sonrisa ante el estrés de la rutina


Esta vez no se trata de un texto de desamor, pasiones o café. 


La velocidad de auto de fórmula 1 que lleva la cotidianidad nos envuelve en un frenesí desorbitado de responsabilidades laborales, académicas, y familiares: Correr con los informes que exige el jefe, arrancarnos el cabello exigiendo a nuestros compañeros de grupo que envíen su parte del trabajo que se debe entregar en la noche y realizar los quehaceres diarios en la cocina nos ocupan la mayor parte de nuestro tiempo en un día a día cuyo único espacio de reflexión y autoconocimiento lo tenemos en el transporte público rodeado (sino apretado) por cientos de personajes en nuestra misma situación. Es a estos personajes a quien dedico este texto.


Con este único espacio de reflexión es entendible que seamos como somos 

Actualmente me encuentro terminando de leer un compilado de historias de Sherlock Holmes ‘Obras inmortales’, del cual quiero extraer un fragmento, sucede cuando Watson lee en un periódico sobre los dotes que su compañero de hogar describe en ‘La ciencia de la deducción’ en la cual explica la importancia de ser un buen observador, asegurando que con fijarse en unos pequeños detalles se puede obtener mucha información relevante:


Me gustaría ver encerrado de pronto al autor en un vagón de tercera clase del subway y que le pidieran que dedujera las profesiones de cada uno de sus compañeros de viaje. ¡Apostaría mil por uno en contra suya!
Perdería usted su dinero


No, no estoy insinuando que observo obsesivamente a todas las personas que van a mi alrededor tratando de descubrir su vida, intentar hacerlo me haría quedar como un depravado que no te quita la mirada de encima, y las susceptibilidades en el transporte público están a brote de piel. Pero si he podido detallar algunos aspectos relevantes y muy interesantes. Inténtalo, sé que encontrarás cosas realmente agradables:


- Observa el color de ropa de quienes viajan a tu lado
- Mira qué libro están leyendo rumbo a su trabajo
- Dedícale una sonrisa a la chica que va triste mirando por la ventana
- Fíjate en quienes siempre tienen afán porque han salido tarde
- Imagina que canción suena en el reproductor del hombre con audífonos que está en la puerta
- Detalla quién jugó Tetris cuando niño (Es fácil, persona que esté mal atravesada, persona que no jugó Tetris nunca)

Es más, te propongo algo: Durante esta semana, sonríe a 3 personas, no importa el momento, no importa el lugar. Seguro que tendrá efectos positivos en ellas.

Rompe la monotonía de tu regreso a casa, reflexiona un poco, pero trata de divertirte con estos pequeños instantes.

Me cuentas cómo estuvo todo

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