Mi juguete Coleccionable

Mis mejores juguetes

Cuando éramos niños, no había una mejor sensación que destapar un nuevo juguete, al romper la caja nuestra mente era invadida por un sin límite de ideas y situaciones imaginarias, corríamos con ese personaje, y hacíamos los mejores efectos de sonido para simular que volaba, el sonido se tornaba más fuerte si estaba peleando con otro de nuestros muñecos, porque claro, el juguete nuevo siempre era el héroe de esa primera aventura, sin importar que los anteriores fueran 10 veces más poderosos…Seguramente si nos viéramos en esa situación diríamos: “¡Ja! Que infantil”…Pero éramos felices. Y no hablemos de los carros; desde pequeño siempre me gustó la Fórmula Cart y la Fórmula 1 (Si, yo quería ser como Juan Pablo Montoya), y cada vez que tenía un carro nuevo… ¿adivinen? ¡Sí! Ganaba la carrera, sin importar que se tratara de un carrito de policía frente a 10 coches de Fórmula 1.

Así mismo…Desde agosto del 2.009 viví esa situación; Llegué a una nueva comunidad y forme parte de un gran grupo, Celestial Being, el cual inmediatamente me brindó la ilusión que tiene un niño cada navidad al ver un regalo envuelto en papel con su nombre, sabía que algo bueno había allí, y que era solo para mí, sin embargo, no sabía que ese grupo era solo ‘el papel regalo y la caja’ de aquel juguete…

Con el paso del tiempo, llegó el momento indicado para destapar ese regalo, rompí el papel, abrí la caja, y mis ojos brillaron al ver la mejor ‘edición limitada’ de un medio, pero más una familia, llamada NHR…Mi juguete nuevo, ese que venció todo lo anterior y me dibujo esa sonrisa amable que muchos perdimos al crecer, esa ilusión de niños, esa felicidad que te brindaban los sonidos fuertes y correr en círculos imaginando que ese personaje volaba…Esa sensación.

Pero…Como la mayoría de mis juguetes, llegó un momento en el que entendí que debo coleccionarlo, los mejores de mi infancia no están en la alacena ni dentro de una caja oscura como el comienzo de Toy Story 3, siempre los conserve en mi escritorio, para que día tras día me recuerden la felicidad que tuve cuando niño, algunos están rotos, otros con mucho polvo, ya no juego con ellos, perdí esa imaginación, pero siempre conservaré toda la alegría que me brindaron.